El contenedor marrón de materia orgánica se extenderá durante el último trimestre de 2019 con 655 nuevas unidades a 13 barrios más de València y prestará servicio a 150.000 vecinos más que en la actualidad, con lo que llegará al 69,25% del total. El Ayuntamiento ha iniciado la fase III A de la implantación de este dispositivo de reciclaje, cuya finalización definitiva está prevista para el próximo año 2020, cuando llegará al 100% de barrios y pueblos del término municipal.
El vicealcalde y responsable de Ecología Urbana, Sergi Campillo, ha detallado este miércoles esta nueva ampliación, que beneficiará a barrios de Extramurs, l'Hort de Senabre y Creu Coberta, Camins al Grau, Algirós, Ciutat Jardí, Amistat y Cabanyal, entre otros. Campillo ha recordado que el proyecto comenzó con planes piloto en 2016 en Sant Marcel·lí y Benimaclet, para extenderse un año después a Campanar y Sant Pau. Sin embargo, el verdadero empuje se produjo hace un año, en noviembre de 2018, cuando el contenedor de materia orgánica llego al 51% de los habitantes de la ciudad.
De este modo, se pretende que el quinto contenedor reduzca los residuos del contenedor gris, conocido como de fracción resto, dado que no se recicla, si bien pasa un segundo filtro en las plantas de tratamiento. Se unirá a los que ya separan otras materias, como el amarillo (envases), azul (cartón) y verde (vidrio).
Su instalación será progresiva en las diferentes zonas, ya que en algunos casos requerirá el desplazamiento de otros contenedores, de balizas, farolas o zonas de aparcamiento. Para informar a los vecinos, el área de Residuos Sólidos realizará campañas informativas en los barrios, que prevén el reparto de 31.500 kits en los que se incluirán, además del cubo doméstico de materia orgánica, bolsas compostables y otras para el almacenaje de cartón, envases y vidrio.
Una vez implantada esta fase tres, las zonas en las que se actúa contarán con 1.233 contenedores grises (frente a los 1.412 existentes antes de la actuación), muchos de los cuales se cambiarán por modelos nuevos con palanca, más accesibles. Además, habrá 655 de materia orgánica, 628 de envases, 715 de vidrio y 558 de cartón. Así, perderá importancia el contenedor gris en beneficio de los distintos modos de separación de los residuos, según ha explicado el vicealcalde.
Campillo también ha ofrecido un balance de la recogida de materia orgánica de los contenedores marrones en los barrios en los que ya está desplegado. Si en 2016 se comenzó con apenas 273,06 toneladas en dos zonas, un año después la materia orgánica acumulada ascendió a 2.188,06 toneladas, una cifra que creció hasta las 3.290,12 toneladas en 2018. En 2019, hasta septiembre, se habían contabilizado 8.463,76 toneladas, un crecimiento "exponencial" que, según Campillo, se explica no solo por la ampliación de la cobertura de estos contenedores, sino por la creciente concienciación ciudadana sobre la importancia del reciclaje.
¿Qué se hace con la materia orgánica?
La basura recogida en los contenedores marrones se utiliza para fabricar compost de alta calidad de uso agrícola o para jardinería. El objetivo de la Emtre, que gestiona los residuos de València y su área metropolitana, es vender ese subproducto como forma de darle salida y obtener recursos. Sin embargo, en la actualidad permanece almacenado en una nave de la entidad metropolitana en Quart de Poblet a la espera de que la contrata concrete este proceso de compraventa del producto.
¿Qué se recicla en el contenedor marrón?
Al contenedor marrón se debe arrojar la basura de origen orgánico como restos de fruta y verdura, de carne y pescado y de plantas. Además, también deben ir a este cubo elementos como tapones de corcho, papel de cocina sucio, posos de café y restos de infusiones, restos de comida y cáscaras de huevo.
Cada ciudadano produce una media de 485 kilos de basura al año, cerca de 1,5 kilos al día. De ellos, casi la mitad son residuos orgánicos.
Novedades sobre la futura ordenanza de limpieza
Campillo también se ha referido a las novedades que prepara su departamento de cara a la redacción de la futura ordenanza de limpieza, que incluirá más sanciones y de mayor cuantía, así como la obligación de los dueños de mascotas de llevar una botella de agua para limpiar el orín en las aceras y otras novedades referidas a la recogida de la materia orgánica y del vidrio.
"Hay que poner el foco en las campañas de información y de fomento del civismo, pero a los incívicos hay que multarlos", ha afirmado el vicealcalde de València. Además, ha defendido que la percepción de la limpieza ha mejorado entre la ciudadanía y en los propios datos de recogida, ya que la recogida de excrementos caninos ha caído un 43% entre 2016 y 2019, y la de enseres abandonados un 16% entre 2015 y 2018.
"No podemos estar aumentando el presupuesto de limpieza un 10% al año de forma indefinida, esto sería un pozo sin fondo", ha manifestado. En su opinión, "si la ciudad estuviera tan sucia y pegajosa no habríamos ganado las elecciones en mayo, porque la limpieza es lo primero que valora la ciudadanía. Ahora bien, queda mucho recorrido en materia de recogida de residuos y de separación", ha añadido.
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